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LOS CRITICOS
Viajaba, cierta noche, un caballero montañés hacia la costa del mar.
Llegaba a un lugar cercano de la costa, donde se levantaba una posada.
Se apeó y ató el caballo a un árbol, frente a la puerta, porque tal como todos los montañeses, tenía confianza en la noche y en los hombres, y luego entró con los demás.
Cuándo se hubieron dormido todos los habitantes de la venta, y mientras se hallaban entregados al sueño, llegó.un ladrón y robó el caballo de nuestro viajero.
Al día siguiente al despertar, el caballero montañés se dirigió al lugar donde había dejado el caballo.
El animal no estaba y en vano lo buscó en todos aquellos lugares.
Se afligió el viajero tanto por la pérdida, como por la amarga realidad de haber entre los hombres alguno que le probara a su conciencia robando.
Cuando los demás compañeros del viajero supieron la nueva, le rodearon y comenzaron a cubrirlo de reproches:
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¡Qué necio eres! ¿Por qué has atado tu caballo fuera del establo?
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Mucho me extraña que no haya puesto las argollas de hierro en las patas de tu bruto. ¡Qué ignorante eres!
-
Viajar a caballo hacia las costas es una estupidez, amigo mío.
-
Yo creo que nadie viaja en nuestra época a caballo, más que los lerdos y los pesados.
Esas razones elocuentes y la prédica de los viajeros asombraron al montañés, que encolerizado, les replicó:
-
Amigos míos: os surgió la elocuencia espontáneamente al enteraros del robo de mi caballo.
Según vosotros, soy un necio porque confié en los hombres y en la noche.
Me habéis enumerado mis errores, pero lo que más me asombra de tanta elocuencia vuestra es que ninguno de vosotros dijo una sola palabra del ladrón que robó mi caballo.
Gibran Kahlil Gibran
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Criticos, criticonas,
creo que una cosa es hacer el analisis
de los acontecimientos y otra es
ser jueces del comportamiento ajeno.
Como aquello de :
ver la rama en el ojo ajeno y
no la viga en el propio.
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Abu
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