Con sinceridad queridos Amig@s ciber, no encuentro palabras para expresar el sentir grato de saber que del otro lado de este pc, hay un grupo de seres tan cordiales y buenas personas como ustedes.
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Las palabras vertidas en los comentarios describiendo sentires de vuestra parte, me miman con suavidad y.... como soy de perfil bajo me conmueven profundamente.
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A todos Ustedes mi agradecimiento!!!!!!!
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Lentamente retomare las visitas y responderé a cada uno sus mensajes.
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Compartiendo con ustedes este cuento que me parece apropiado , les digo
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Gracias por siempre estar!!!!!
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Abu
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Las palabras vertidas en los comentarios describiendo sentires de vuestra parte, me miman con suavidad y.... como soy de perfil bajo me conmueven profundamente.
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A todos Ustedes mi agradecimiento!!!!!!!
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Lentamente retomare las visitas y responderé a cada uno sus mensajes.
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Compartiendo con ustedes este cuento que me parece apropiado , les digo
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Gracias por siempre estar!!!!!
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Abu
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EL PERDIZ VANIDOSO Y LA TORTUGA MODESTA
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El perdiz y la tortuga vivían en el llanura de África pero casi nunca hablaban. Poco se encontraban frente a frente porque el ave, vanidoso y arrogante, nunca se dignaba bajar de las ramas de los árboles o interrumpir su vuelo para entablar una conversación con la tortuga.
Ni siquiera la saludaba desde arriba, sólo la miraba despectivamente.
Un día, el perdiz descendió al suelo a picotear unas semillas y justo en ese instante la tortuga pasaba caminando lentamente por ahí.
-Hermana tortuga –le dijo el perdiz-, ¿no te da vergüenza ir siempre tan despacio? ¿No te da envidia verme a mí, tan bien dotado, mucho mejor que tú?¿No te causa celos ver cómo vuelo y cómo corro, cosas que tú no puedes hacer de ningún modo?
-No –repuso lentamente la tortuga-. Pienso que dichoso tú, que puedes acabar en una carrera un camino que me lleva todo un día a mí. Pero no te envidio. Mi lentitud también tiene sus ventajas.
-¡Bobadas!- contestó despreciativamente el perdiz-. Eso lo dices por decir. ¿Qué ventajas puede tener ser lento y pesado? Eres esclava de tu caparazón, estás condenada a andar siempre por lo bajo y ni siquiera puedes correr. Yo en cambio soy libre, todo me favorece.
Poco tiempo después, lo cazadores de una lejana aldea prendieron fuego a la vegetación de llanura para hacer salir a los animales y así poderlos cazarlos fácilmente.
Las llamas crecieron muy altas, se expandieron con rapidez y se acercaban al rincón en donde vivían el perdiz y la tortuga.
El perdiz no hacía más que vanagloriarse de que podría salvarse de las llamas volando a gran altura y se reía de la tortuga.
-Te vas a asar, el fuego correrá más rápido que tus cortas patas y te alcanzará –le gritaba la perdiz a la tortuga desde lo alto.
Cuando las llamas llegaron, la tortuga, para protegerse, se escondió en un hoyo que había dejado la pata de un hipopótamo en el suelo y se metió dentro de su caparazón, de manera que nada le ocurrió.
En cambio el perdiz quiso lucirse y hacer gala de sus dotes, y se preparó para emprender el vuelo, pero el humo era tan denso que tan pronto abrió sus alas se asfixió y cayó en medio del fuego.
Cuando todo pasó, la tortuga salió de su escondite sana y salva y preguntó por el perdiz, extrañada de no ver haciendo alarde de cómo logró salvarse del fuego gracias a su rapidez y habilidad.
Al enterarse de lo que había sucedido, lamentó que esos dotes de los que se sentía tan orgulloso, no hubieran ayudado al pobre perdiz a escapar del fuego.
(no conozco el autor)
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El perdiz y la tortuga vivían en el llanura de África pero casi nunca hablaban. Poco se encontraban frente a frente porque el ave, vanidoso y arrogante, nunca se dignaba bajar de las ramas de los árboles o interrumpir su vuelo para entablar una conversación con la tortuga.
Ni siquiera la saludaba desde arriba, sólo la miraba despectivamente.
Un día, el perdiz descendió al suelo a picotear unas semillas y justo en ese instante la tortuga pasaba caminando lentamente por ahí.
-Hermana tortuga –le dijo el perdiz-, ¿no te da vergüenza ir siempre tan despacio? ¿No te da envidia verme a mí, tan bien dotado, mucho mejor que tú?¿No te causa celos ver cómo vuelo y cómo corro, cosas que tú no puedes hacer de ningún modo?
-No –repuso lentamente la tortuga-. Pienso que dichoso tú, que puedes acabar en una carrera un camino que me lleva todo un día a mí. Pero no te envidio. Mi lentitud también tiene sus ventajas.
-¡Bobadas!- contestó despreciativamente el perdiz-. Eso lo dices por decir. ¿Qué ventajas puede tener ser lento y pesado? Eres esclava de tu caparazón, estás condenada a andar siempre por lo bajo y ni siquiera puedes correr. Yo en cambio soy libre, todo me favorece.
Poco tiempo después, lo cazadores de una lejana aldea prendieron fuego a la vegetación de llanura para hacer salir a los animales y así poderlos cazarlos fácilmente.
Las llamas crecieron muy altas, se expandieron con rapidez y se acercaban al rincón en donde vivían el perdiz y la tortuga.
El perdiz no hacía más que vanagloriarse de que podría salvarse de las llamas volando a gran altura y se reía de la tortuga.
-Te vas a asar, el fuego correrá más rápido que tus cortas patas y te alcanzará –le gritaba la perdiz a la tortuga desde lo alto.
Cuando las llamas llegaron, la tortuga, para protegerse, se escondió en un hoyo que había dejado la pata de un hipopótamo en el suelo y se metió dentro de su caparazón, de manera que nada le ocurrió.
En cambio el perdiz quiso lucirse y hacer gala de sus dotes, y se preparó para emprender el vuelo, pero el humo era tan denso que tan pronto abrió sus alas se asfixió y cayó en medio del fuego.
Cuando todo pasó, la tortuga salió de su escondite sana y salva y preguntó por el perdiz, extrañada de no ver haciendo alarde de cómo logró salvarse del fuego gracias a su rapidez y habilidad.
Al enterarse de lo que había sucedido, lamentó que esos dotes de los que se sentía tan orgulloso, no hubieran ayudado al pobre perdiz a escapar del fuego.
(no conozco el autor)
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AQUÍ ESTAMOS ABU.
ResponderEliminarBESOTES
Gracias, Abu, las que tu tienes, que siempre nos vamos de aquí felices de haber venido.
ResponderEliminarAbu, todos en esta vida tenemos nuestro hueco,nada ni nadie debe de vanagloriarse de ser mas... Dios lo quiso así y debemos respetarnos mutuamente. Formamos esa cadena enorme y unida, la cual debemos de respectar por el bien común.
ResponderEliminarEntrada reflexiva... y con fuerte moraleja...la que debemos de acatar.
Un beso y bienvenida.
Ha cuantos estirados, vanidosos, famosillos y famosos, ricos solo de dinero...me recuerda la perdíz.
ResponderEliminarHa cuantos humildes, justos, honrados, pobres solo de dinero...me recuerda la tortuga.
Un abrazo abuela Cyber.
Querida abu, linda foto la que nos regalas en tu entrada.
ResponderEliminarEs un placer saber que estas ahí, compartiendo cariño con todos nosotros a través de tus palabras.
Me gusta el cuento, siempre se sacan lecciones de vida que tenemos olvidadas.
Besos tiernos.
Todo tiene sus ventajas y consecuencias...muy buena fábula, aunque con un final demasiado triste...
ResponderEliminarCuando era pequeña, haciamos maratones en mi pueblo, el símbolo era una tortuga :D Ironias de la vida...jeje
Gracias por decidir formar parte de los urbanitas que pasean por mi blog...espero que te guste si llegas a leerlo y por otro lado,me alegro de haberte descubierto,tienes un dulce, y sabio rincón.
Un fuerte abrazo!
Hola Abuela Primavera, placer encontrarte de nuevo y a la vez saludarte.
ResponderEliminarComo siempre regalando historias para aprender.
Abrazo fuerte y sincero
M. Ángel
Qué buena enseñanza y qué tristeza me provoca conocer a gente que le sucede lo mismo que a la perdiz. tenían todo para ganar y lo perdieron todo por presumir!
ResponderEliminarMuchos cariños, ya te extrañaba!!
Pasate por mi blog cuando puedas!!!
Me encantó la historia.
ResponderEliminarHay muchos que se sienten superiores porque son rápidos.
Allá ellos.
No te preocupes ni te apures.
Un besote enorme
Gracias Abuela ciber por compartir esta bella historia, con una moraleja muy importante jamas menosprecies a nadie nunca sabes cuando la puedas necesitar y a veces es mejor y pasito a pasito por la vida pero seguros.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Aprender que todas las cosas tiene su ventajas y desventajas, no hay mejores, ni peores, Solo diferentes.
ResponderEliminarUn gran beso Abu.
Que tengas una linda semana
Abuela Syber , acunar palabras es un don que Dios nos ha regalado, con ellas podemos viajar distancias y llegar a un ser que necesite esa tenue caricia.
ResponderEliminarBesos desde Argentina
Lydia Raquel Pistagnesi
La moraleja es, que debemos que respetarnos todos ya que no sabemos cuando estaremos en condiciones extremas, y esto puede ser en cualquier momento.
ResponderEliminarGracias Abu por estar acá, y a ver cuando nos enseñas tu jardín si?.
Besos y abrazos.
Hola!!!
ResponderEliminarSiempre estaremos aquí con vos, porque la cordialidad no es nuestra, es nuestra cuando estamos con vos, me entendes?? jijiji
Un abrazo de oso.
GRACIAS A TI. Es un placer visitarte.
ResponderEliminarBesos.............leo
Gracias a ti Abu, y tómate el tiempo que necesites.
ResponderEliminarEl cuento que nos traes hoy nos enseña que nunca debemos menospreciar al otro por lo que nosotros consideramos "deficiencias". Nunca se sabe lo que puede suceder.
Un beso
gracias abuela por esta fabula tan presiosa, nadie tiene por que despresiar a nadie, cada una es como es y nada mas un beso.
ResponderEliminarPreciosa entrada Abue, el cariño es recíproco, con cariño
ResponderEliminarBlue
Estamos aquí y que por muchos años podamos estar juntaos, aunque lejos, claro...pero unidas-os.
ResponderEliminarMe encantan tus relatos.
Besitos
Mariaisabel
Un abrazo por el reencuentro.
ResponderEliminarAquí estaremos y volveremos mil y una vez, un gran saludo.
ResponderEliminarMe encantò la fabula y su moraleja, deberìamos aprender de la tortuga. Aunque creo que la naturaleza humana fluctùa entre una y otra, de acuerdo a la situaciòn. Pero si somos mucho perdiz, lo màs probable es que terminemos asì.
ResponderEliminarUn cordial saludo desde Mendoza
Vuelvo por aquí tras algunos dias ausente, querida Abu.
ResponderEliminarHa sido un placer leer este cuento.
Un enorme abrazo...!
Muy bella fábula. Cada uno tiene sus virtudes y nadie debe despreciarlas.
ResponderEliminarHola, me gusta leer los cuentos tanto como a los niños.
ResponderEliminarToma tu tiempo para todo lo que tengas que hacer, en la vida hay prioridades que se tienen que atender.
Siento tener que seguir ausente, pero son razones personales que no viene al caso poner en el blog, pero que tienen que ser atendidas.
Dije que me iva de viaje, asi es, pero lo he retrasado, eso quiere decir que volvere más tarde de lo que pensaba, las cosas no las he podido solucionar tan rápido como creí.
En estos dias de ausencia he estado preparando mi viaje por Barcelona, Zaragoza y provincia de Teruel.
Pero el hombre propone y Dios, dispone, salgo mañana para Galicia y de ahí, Dios dira.
En la primera oportunidad que tenga, pasaré a saludar y agradecer que os acordeís de pasar por mi rincón.
Miles de gracias y un gran abrazo.
Ambar
Abu:
ResponderEliminarLinda fabula la que nos traes, amiga.Con la humildad y paciencia se puede llegar lejos.
Me alegro por tu regreso.Un gran abrazo.Rayén
Las virtudes de cada uno quedan bien reflejadas en esta preciosa fábula, gracias por compartirla, besitos
ResponderEliminares siempre un honor visitarte.
ResponderEliminarbesos
Tu relato además de hermoso es muy didáctico.
ResponderEliminarLa humildad es la cualidad de los sábios
Besos.
AMIGA ABU_:COMO SIEMPRE UN PLACER VISITARTE...UN CUENTOS MARAVILLOSOS CON UNA BELLA ENSEÑANZA...GRACIAS POR COMPARTIR..
ResponderEliminarY SIEMPRE HABRA AMIGOS DE ESTE LADO DE TU PC..
BESOTES SILVIA CLOUD
Hola Abuela Cyber:
ResponderEliminarMuchas y muchos "perdices" en nuestros días... ¡suerte, que todavía hay alguna tortuga!
Cordiales saludos,
Luis
Me ha gustado tu cuento, muy buena reflexión nos deja.
ResponderEliminarQue gusto leer que estás bien.
Cuídate.
Gracias, Abu, tu casa es un lugar de encuentro... ¿Puede haber algo mejor?
ResponderEliminarAquí estaremos esperándote Abu.
ResponderEliminarLa fábula me gustó y su mensaje también.
Nadie puede vanagloriarse de sus cualidades porque todos somos iguales...hay gente muy encreida y al final están solas.
Un beso y aquí estaré
Gracias a tí Abu, es un gustito venir a visitarte, siempre hay algo ameno que leer!
ResponderEliminarBesitos,
Un placer pasar siempre por aqui, un saludo lazaro.
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