(Lago Ciudad de la Costa (Uruguay)

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jueves, 25 de octubre de 2007

A veces no se quiebra, simplemente se apaga......



El niño y la copa.

Jugaba el niño en el jardín de la casa con una copa de cristal que, en el límpido ambiente de la tarde, un rayo de sol tornasolaba como un prisma. Manteniéndola, no muy firme, en una mano, traía en la otra un junco con el que golpeaba acompasadamente en la copa. Después de cada toque, inclinando la graciosa cabeza, quedaba atento, mientras las ondas sonoras, como nacidas de vibrante trino de pájaro, se desprendía del herido cristal y agonizaban suavemente en los aires. Prolongó así su improvisada música hasta que, en un arranque de volubilidad, cambió el motivo de su juego: se inclinó a tierra, recogió en el hueco de ambas manos la arena limpia del sendero, y la fué vertiendo en la copa hasta llenarla. Terminada esta obra, alisó, por primor, la arena desigual de los bordes. No pasó mucho tiempo sin que quisiera volver a arrancar al cristal su fresca resonancia; pero el cristal , enmudecido, como si hubiera emigrado un alma de su diáfano seno, no respondía más que con un ruido de seca percusión al golpe del junco. El artista tuvo un gesto de enojo para el fracaso de su lira. Hubo de verter una lágrima, mas la dejó en suspenso. Miro como indeciso a su alrededor; sus ojos húmedos se detuvieron en una flor muy blanca y pomposa, que a la orilla de un cantero cercano, meciéndose en la rama que más se adelantaba, parecía rehuir la compañía de las hojas, en espera de una mano atrevida. El niño se dirigió, sonriendo, a la flor; pugnó por alcanzar hasta ella; y aprisionándola con la complicidad del viento, que hizo abatirse por un instante la rama, cuando la hubo hecho suya, la colocó graciosamente en la copa de cristal, vuelta un ufano búcaro, asegurando el tallo endeble merced a la misma arena que había sofocado el alma musical de la copa. Orgulloso de su desquite, levantó cuan alto pudo, la flor entronizada y la paseó, como un triunfo, por entre la muchedumbre de las flores.
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José Enrique Rodó
Uruguayo 1871-1917

2 comentarios:

  1. Ahhhh... que boniiittooo!!!
    ¡Que paciencia para encontrar estos tesoros y compartirlos!
    Como siempre, maravilloso post!
    Besotesss!!!
    Tu Niña patagónica..

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  2. Querida abu, cuantas veces en la vida llenamos nuestra copa de cristal !!por eso trato de tener ligero mi equipaje, eso me permite caminar con más libertad, cansarme menos y poder disfrutar más del paisaje.
    Que cosas tan bonitas que encontrás, como siempre un gustazo visitarte.
    Besos

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